Patricia, traductora profesional, tiene 31 años y hace 13 años le diagnosticaron la enfermedad de Crohn, un trastorno autoinmune responsable de inflamación del intestino, entre otros síntomas. Con el tiempo, a él también le diagnosticaron una inflamación del sacro que apenas le permitía moverse. “Para aliviar el dolor dependía de los antiinflamatorios, lo que agudizaba mi problema digestivo”, explica.
Durante cinco años, cuando el cuerpo ya no respondía a los antiinflamatorios, acudió al hospital para aliviar el dolor a base de cortisona. Luego la enfermedad le derivó en un eritema nodoso que le producía muchas molestias en la piel y hoy su mayor problema es la sacroileítis, inflamación de la articulación sacroilíaca, que alterna con uveítis o inflamación del ojo.
Ozonoterapia: eficacia inmediata contra el dolor
Al ver que la medicina convencional no garantizaba el alivio del dolor, Patricia probó algunas terapias alternativas sin mucho éxito: acupuntura, masajes y nutrición ortomolecular, “que al menos me ayuda a reparar los daños causados por la medicación”, explica. Patricia.
Una amiga enfermera le habló de la ozonoterapia justo cuando se encontraba peor, porque los brotes de sacroilitis se repetían con fuerza cada dos semanas. Patricia calcula que cuando decidió someterse a un tratamiento con este gas, quedaban pocos días para un nuevo episodio que finalmente no se produjo. Lo hizo hace apenas un mes y medio y el cambio en su vida ha sido espectacular.
¿Qué es la ozonoterapia?
Aunque no hay estudios científicos sólidos que lo avalen, algunos médicos eligen esta técnica debido a su eficacia clínica con algunos pacientes. En nuestro país cada vez son más los centros y clínicas privadas que ofrecen este tratamiento, y en otros países como Italia y Alemania está incluido en la seguridad social.
El ozono, que es una forma alotrópica de oxígeno (O3) presente en las capas superiores de la atmósfera, se aplicó por primera vez con fines terapéuticos para desinfectar las heridas de los soldados durante la Primera Guerra Mundial. Desde entonces el método ha ido evolucionando y hoy en día se utiliza para tratar numerosas patologías.
Ozonoterapia consiste en la aplicación de una mezcla de ozono con oxígeno a través de diversos procedimientos según la patología: inyecciones intraarticulares, intramusculares o paravertebrales (especialmente para las hernias), pero también a través de la autohemoterapia, que consiste en extraer sangre del paciente para mezclarla con oxígeno y ozono, y reinyectarla en las concentraciones indicadas por el médico También se puede aplicar por vía rectal o vaginal.
Indicaciones de la ozonoterapia
El Dr. Humberto Loscertales, experto en ozonoterapia, explica “es un tratamiento paliativo, no curativo, sin efectos secundarios. Esta terapia es eficaz en el tratamiento traumatismos, enfermedades reumáticas y vasculares.
La traumatología es uno de los campos donde mejores resultados se obtienen con la ozonoterapia, especialmente en Hernias discales, cervicales y lumbares. Para los traumatólogos que lo utilizan, el ozono parece inhibir la secreción de hormonas que provocan el dolor y, además de ejercer una acción antiinflamatoria, es vasodilatador y regenerador.
Enfermedades degenerativas
Los resultados también son muy buenos en patologías degenerativas en las que el paciente experimenta una pérdida de capacidad física o psíquica, como por ejemplo Enfermedad de Crohn, artrosis generalizada o esclerosis múltiple.
También está indicado como paliativo en casos de insuficiencia venosa, insuficiencia cardíaca, trombosis, hipertensión arterial o fibromialgia.
“Además, se puede utilizar como tratamiento preventivo que ayuda a retrasar el envejecimiento agrega el Dr. Loscertales.
El tratamiento con ozono también se presenta como una terapia complementaria a la medicina convencional que mejora los resultados de los tratamientos tradicionales. “Gracias a esta técnica, por ejemplo, los pacientes consiguen reducir la ingesta de medicamentos tradicionales”, apunta este médico.
El resultado inmediato del tratamiento, en el caso de Patricia, fue que en los días posteriores a la primera sesión con ozono pudo caminar bien. “Fue como si me pusieran aceite en las articulaciones. No sintió dolor en absoluto e incluso podía caminar rápidamente. Y esto al final de la sesión», dice.
Hasta ahora ha recibido Cuatro sesiones, una por semana. Durante este tiempo, dice que apenas ha notado ningún síntoma o dolor notable.
Según el médico, “el problema en el sistema inmunológico nunca se acaba por completo, pero la frecuencia e intensidad de los brotes disminuye. La mejora es del 95%”. Patricia ha estado sin medicación durante seis semanas.
“La sesión dura media hora y consta de seis punciones en cada articulación sacroilíaca y autohemotransfusión. Estoy muy contento”. Además, a partir de ahora, las sesiones serán espaciadas.
Referencias científicas: